Sala Cámara Bufa, Toledo. (Del 2 de Abril al 5 de Mayo de 2021).

La exposición parte de un fragmento de Rayuela de Julio Cortázar donde Horacio observa a La Maga. La escena evoca dos modos distintos de estar en el mundo: quien nada los ríos sin saberlo —como la golondrina que se lanza al aire sin calcular— y quien se detiene a mirar, a analizar, a intentar comprender desde afuera. Entre ambos modos se abre un espacio de tensión, pero también de encuentro.
Las obras reunidas aquí —cinco dibujos, dos pinturas de gran formato y un lienzo con el texto— no ilustran esa escena, sino que la expanden y la trasladan al terreno de lo visual.

Los cuerpos representados —parejas de mujeres, vínculos íntimos y afectivos, un hombre con falda— encarnan otras formas de estar, de mirar y de relacionarse. No hay aquí una puesta en escena de lo extraordinario, sino una afirmación serena de identidades y deseos que a menudo han sido apartados del centro de la representación. La desnudez, en este contexto, no apunta al gesto clásico del desnudo artístico, sino a la posibilidad de mostrarse sin filtros, desde una confianza compartida.
Las líneas, a veces casi tímidas, otras seguras y definidas, dan lugar a imágenes donde lo que se ve convive con lo que apenas se insinúa. El trazo directo, la falta de artificio, y el espacio en blanco no como ausencia sino como margen de posibilidad, sostienen una poética donde la cercanía entre los cuerpos es también una forma de pensamiento.

Lejos de construir una interpretación cerrada, esta exposición propone una forma de estar ante las imágenes que acompaña la idea del texto de Cortázar: mirar sin necesidad de entender del todo, dejarse afectar por lo que aparece, sin imponer sentido. En ese gesto, la obra invita a preguntarse: ¿desde dónde miramos?, ¿qué tipo de presencia encarnamos?, ¿nos lanzamos o contemplamos?