En septiembre de 2024 María Bisbal participa en las microresidencias de arte organizadas por la artista Paula Fraile en su estudio de Leipzig.
Durante su estancia se adentra en el entorno artístico de la ciudad alemana e investiga nuevas gamas estéticas y técnicas como la risografía. Su trabajo, una serie de lienzos y estampas que viajan de vuelta con ella a Madrid son el comienzo de un proyecto basado en la relación simbólica y afectiva que se genera entre la vegetación y las personas en un entorno íntimo.
Paula Fraile:
“María llegó con el deseo profundo de viajar a otro país, de nutrirse de otros espacios y otra cultura. Buscaba abrir su práctica artística a nuevas formas de trabajar el color, experimentar con técnicas distintas y permitir que todo ello transformara su pintura.




Durante su tiempo en el estudio, María pudo explorar herramientas y materiales que hasta entonces no formaban parte de su proceso. Descubrió el uso de pigmentos neón, experimentó con el aerógrafo, trabajó con proyecciones y realizó una edición en risografía.
Pero más allá de los recursos técnicos, fue la combinación entre el nuevo entorno y el cuidado del espacio lo que posibilitó un cambio más profundo.
Su proceso se basa en la observación de lo cotidiano, incorporando historias íntimas a partir de objetos pequeños, plantas o escenas que antes quedaban al margen. Ver cómo María integraba estos nuevos lenguajes en su práctica fue una muestra clara de que cuando se ofrece un espacio de escucha, libertad y juego, la pintura encuentra nuevas formas de ser y decir.”