En conmemoración del Día Mundial del Refugiado y coincidiendo con el 50 aniversario de la muerte de Pablo Picasso, el comité en España de ACNUR invita a María Bisbal junto con otros artistas a reinterpretar la icónica obra del Guernica pintada en 1937y rendir un homenaje a la valentía, resiliencia y dignidad de millones de personas refugiadas y desplazadas forzosas.


La escena que María Bisbal elige corresponde a la figura de una madre que grita al cielo sosteniendo en brazos a su hijo que yace sin vida. La representación que con tanta fuerza evoca el inmenso dolor de la pérdida de un hijo se muestra como un drama violento en la forma que emociona al espectador y lo hace partícipe del instante. Está figura de la maternidad, que pertenece al subconsciente colectivo, refiere a una mujer anónima, no definida por su singularidad, sino por su condición.
Aparición de María Bisbal en el segundo 43.
Y la pregunta es obligada:
¿Qué habría pintado Picasso si esa madre y su hijo hubieran logrado ponerse a salvo antes del bombardeo?
Para dar respuesta, Samira y sus dos hijos, Adbou y Tahim posan para un retrato de familia y mientras el proceso de creación de la obra se produce Samira relata su huída de Siria, sus años en el campo de refugiados y finalmente, su adaptación a un país nuevo y la ausencia de sus familiares.
Las emociones que se transmiten durante la realización de la pintura es lo que finalmente posibilita la veracidad de un retrato. Donde la topografía y el dibujo de los cuerpos cuentan las historias de cada uno.
La obra se presentó en Valencia en el Centro de Arte del Carmen el día 20 de Junio de 2023 mediante una celebración, que tuvo lugar en distintas ciudades españolas — Madrid, Barcelona, Sevilla, Bilbao, Valencia y Pamplona — de una acción para poner en valor el arte como vehículo de sensibilización en la apertura del Foro España con los Refugiados.
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